Para que una caries aparezca, es necesaria la confluencia de tres factores:
De modo que, para evitar que esta caries se produzca, podemos actuar a tres niveles:
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Fortaleciendo y protegiendo al diente: puede realizarse mediante la aplicación de fluoruros y otras sustancias remineralizantes y también mediante la colocación de selladores
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Eliminando las bacterias: mediante la realización de una correcta higiene dental
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Modificando nuestros hábitos dietéticos.
FORTALECIENDO Y PROTEGIENDO AL DIENTE
Aplicación de remineralizantes
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Hoy en día, existen a nuestra disposición diversas sustancias remineralizantes aunque la más conocida y utilizada sigue siendo el flúor.
La aplicación local o tópica de flúor (o de otros remineralizantes) aumenta la resistencia del esmalte a la desmineralización, además de proporcionar una acción antibacteriana de por sí.
En función de las características particulares de cada niño, el odontopediatra considerará la necesidad de incorporar la utilización de estas sustancias.
Se pueden emplear a nivel profesional, mediante la aplicación tópica de barnices o geles en cubetas. También existe la posibilidad de que el odontólogo recomiende un programa individual en el hogar, que consista en realizar un enjuague diario con fluoruro sódico después del cepillado antes de irse a dormir.
Selladores de fisuras
Los surcos, fisuras y fositas del diente son las zonas más susceptibles a la aparición de caries dental. Además, cuando salen los dientes definitivos y, durante los dos primeros años de su presencia en la boca, éstos aún se encuentran completando el proceso de mineralización, con lo cual, durante este etapa, son aún más vulnerables a los ataques ácidos provocados por las bacterias.
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El sellado es una medida preventiva que consiste en la colocación de una fina lámina de resina que protege de manera mecánica estas zonas más susceptibles cuando el diente se encuentra sano. Evidentemente, al ser un elemento adherido sobre un diente sometido al roce de los alimentos, a la presencia de saliva, etc., pueden desprenderse total o parcialmente con el uso, lo que hace necesario las revisiones periódicas y su reposición cuando se considere oportuno.
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No todos los niños (incluso, dentro de un mismo niño, no todos los molares) requieren o pueden beneficiarse de la colocación de selladores. El odontólogo evaluará la conveniencia o no de colocarlos en cada caso.
Siempre que se coloquen selladores, es fundamental un seguimiento y un mantenimiento periódico para garantizar la efectividad de los mismos.
La utilización de los selladores no puede contemplarse de manera aislada sino formando parte de un programa integral de prevención de caries que incluirá otras actuaciones como la educación dental, el control de dieta, la aplicación de fluor, higiene oral y visitas periódicas semestrales con el odontopediatra.
ELIMINANDO LAS BACTERIAS
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La realización de una correcta higiene dental contemplará la realización del cepillado, la limpieza de los espacios interdentales y otros medios complementarios. Para combatir las bacterias también podemos utilizar enjuagues específicos, aunque esto no sustituye a la eliminación mecánica de la placa, más bien, se utiliza como complemento.
Cepillado dental
El cepillado dental, elimina la placa dental, ayuda a equilibrar el pH bucal y elimina los restos alimenticios, por lo tanto, debería realizarse tras cada ingesta. Si no es posible se recomienda se haga tras las principales comidas, tres veces al día. Además, conviene que el cepillado sea lo más seguido posible a las ingestas: cuanto antes se realice, menos tiempo tienen las bacterias para actuar.
El cepillado de los niños debe ser realizado siempre por los padres hasta que el niño demuestre la habilidad suficiente para hacerlo solo.
La manera más sencilla de realizar el cepillado a un niño es hacerlo de la misma manera en que nos cepillamos nuestros propios dientes. Suele ayudar situarse detrás del niño, frente a un espejo e inclinar hacia atrás su cabeza ligeramente.