El ratoncito Pérez

¿Quién no ha oído hablar del ratoncito Pérez? Encontrar una persona que desconozca la existencia de este personaje sería una labor prácticamente imposible.
Si, ya se que diréis que eso es un cuento, pero... ¿Estáis seguros? ¿Completamente seguros? Si así fuera, entonces por que es conocido su nombre en casi todos los países. ¿Qué decís, que en todos no? ¡Pues claro que si! Lo que pasa es que, por culpa de los idiomas y de los nacionalismos, en muchos lugares le han cambiado el nombre e incluso la personalidad para no reconocer su origen español. Es por eso que, por ejemplo en algunas naciones americanas le llaman simplemente “el ratón de los dientes” omitiendo su apellido. En Italia le llaman “Topolino” (hasta le dieron su nombre a un coche). En Francia es la “petite souris” (o sea, el Ratoncito). En los países anglosajones es “Tooth Fairy” (Hada de los dientes).
En nuestra España, tan plural ella…. se le conoce por varios nombres: En Cataluña es “el Angelito” (l'Angelet), en el País Vasco “Mari la del tejado” (Maritxu teilatukoa) y en Cantabria “La Ardilla de los dientes” (L´Esquilu de los dientis). En el resto de las “Autonosuyas” se le reconoce como “Ratoncito Pérez”
¿Creéis que con tanto nombre e incluso cambio de sexo no puede ser el mismo? ¡Os equivocáis! Habéis de saber que, como casi todos los personajes de leyenda tiene poderes mágicos y por tanto puede transformarse a su antojo para complacer a grupos tan heterogéneos. Una prueba de su influjo es que, sin pedírnoslo, la mayoría de nosotros, en un momento u otro, hemos sido cómplices colaborando en su labor. Yo mismo, sin ir más lejos, consciente de que por exceso de trabajo no puede acudir a todos los sitios, le he suplantado en alguna ocasión, sin pedirle permiso, e incluso he escrito alguna carta, falsificando su firma, contestando a la misiva de mis hijos. Afortunadamente, conociendo mi buena intención, no me ha demandado.
Otra prueba de su existencia es su domicilio. Como sabréis, lo tiene en la calle Arenal nº 8 de Madrid. El propio Ayuntamiento colocó una placa en el edificio el 5 de enero de 2003.
Al principio vivía como “ocupa” en una caja de galletas Huntley en los sótanos de una tienda propiedad del aragonés Carlos Prast. Unos dicen que era confitería, pero parece que era de ultramarinos. Ahora es una galería comercial un tanto vacía.
Más tarde, parece ser que, el estatus económico de nuestro personaje mejoró y, desaparecido el establecimiento, una parte de la finca se convirtió en su vivienda; incluso abrió un museo en junio del año 2008.
Le vino muy bien ya que no es propio de una celebridad vivir como un “gorrón clandestino” aprovechándose de espacio y comida ajenos. No se si el cambio de habitante ilegal a legal fue debido a posibles favores del rey Buby I (Alfonso XIII) o a su propio esfuerzo y erudición. Se comenta que, en solo una semana, se comió tres manuscritos de la Real Academia Española, pero me parece que almorzar documentos no aumenta la sabiduría (en un examen me trague la chuleta para que el profe no me viese copiar y no acrecentó mis conocimientos). Lo que si pudo influir en su sapiencia fue la proximidad de la librería Pueyo que se encontraba justo al lado, en el número 6.
También me pregunto, como se apañarían para moverse en una caja de galletas: Odón Pérez; su esposa; sus dos hijas casaderas Adelaida y Elvira; su hijo Adolfo y Miss Old Chesse (el aya inglesa).
Hay otras cosas que me gustaría saber: ¿Quién contrató a Miss Old Chesse? ¿El Sr. o la Sra. Pérez? ¿Como se podían permitir tener aya siendo unos ocupas? ¿Era una “Mary Poppins” o una “Au pair”?
Bueno, no voy a relataros las andanzas del protagonista con el abuelo de SM el Rey Don Juan Carlos, ni el peligro que corrieron atravesando el territorio del perverso Don Gaiferos, para llegar a la buhardilla donde vivía Gilito, un niño que, a diferencia del tío materno del pato Donald, era mas pobre que las ratas. Aunque parece ser que ese dicho no puede aplicarse a todos los roedores del genero Rattus y mucho menos a la especie “homo politicus”.
El edificio donde se encuentra su vivienda, muestra actualmente, quizás por efectos de la crisis, un aspecto algo triste.
Parece que el Sr. Pérez, al igual que muchos ciudadanos, ha buscado un “pluri” para sobrevivir a los ataques de la Agencia Tributaria.
Incluso en su efigie de la entrada parece cabizbajo
De su origen no puedo deciros mucho. Su padre fue el jesuita Luis Coloma Roldán, mas conocido por el padre Coloma (si, ese, el autor de Pequeñeces, Jeromín, La reina mártir, etc.) ¿Os acordáis ya? Pero no os asustéis, que no era un hijo natural incompatible con el sacerdocio. Era adoptado. Además parece ser que fue un encargo de la, entonces, reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena (segunda esposa de Alfonso XII) “Doña Virtudes”.
Los cronistas de la época consideran que su madre, u origen remoto, fue la baronesa d'Aulnoy (Marie-Catherine le Jumelle de Barneville) que era una cuentista francesa hispanofóbica, que le alumbró, allá por el siglo XVIII, como La Bonne Petite Souris (El Buen Ratoncito).
No todos comparten la misma idea sobre su origen y bondadoso ajetreo altruista. Como ejemplo copio literalmente el retrato que hacen de el en una página Web:
……..Odón Pérez, más conocido como el Ratoncito Pérez, es una rata de alcantarilla que suele especular con el valor de los dientes. Antes de hacerse rico, vivía con su familia dentro de una lata de galletas en la confitería Prats, a poco más de cien metros del Palacio Real de Madrid. Al primer niño que timó fue al hijo de Alfonso XII y María Cristina. Los tres le vieron la cara y por eso están todos muertos ahora. Otros testigos dicen que es un ratón muy pequeño, con sombrero de paja, lentes de oro y una cartera roja colocada en la espalda, pero se niegan a testificar por miedo.
Desde entonces, vio que aquello era muy lucrativo y cuando a un niño se le cae un diente lo coloca debajo de la almohada mientras duerme y el ratón se lo cambia por un pequeño regalo o por monedas muy por debajo de su valor real. Se aprovecha de su inocencia para vender los dientes a una mafia, la cual muele los dientes y crea con ellos figuras, teclas de piano y medicamentos afrodisiacos.
Tiene competencia en los países anglosajones, en los cuales dominan el negocio el cartel del Hada de los dientes, aunque ambos hicieron hace tiempo un pacto de no agresión y no invadir sus respectivos territorios.
En Cataluña existe un pequeño cártel de "l'Angelet", pero para el ratón no le resulta rentable ese territorio, ya que a veces los niños han intentado timarle poniendo un diente falso, y desde entonces desconfía. En el País Vasco se encarga Maritxu teilatukoa, pero no se atreve a meterse con ella, ya que puede que pertenezca a ETA. En Cantabria opera La Ardilla de los dientes, pero la deja en paz a cambio de un porcentaje……..
Yo, (igual que Beltrán Duguesclín) ni quito ni pongo…..Así que si quieres saber más tendrás que leer el cuento:

Francisco Martínez
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